Elecciones!!

Claro hombre, cómo no iba a hablar yo hoy del tema del que todo el mundo habla? Hoy me gustaría poner mi foco de atención sobre las elecciones, bueno, para no llevar a equívoco por si alguno espera que haga aquí una disertación sobre los partidos políticos que concurren o sobre las ideas que en los comicios electorales de hoy se debaten, no voy a hablar de política, ya hablé todo lo que tenía que hablar al respecto en la entrada “Haciendo campaña”, hoy quiero hablar de las decisiones a las que nos enfrentamos en la vida, de cómo tomamos un camino u otro, de cuáles son los motivos que nos hacen decantarnos por hacer una cosa u otra, de la dificultad que todos,  sí todos, tenemos para elegir en la vida.

Supongo que la mayoría de vosotros se os planteado alguna vez en la vida la tesitura de decantaros por un camino u otro, a veces con cosas simples y sencillas, sin aparentes consecuencias graves en caso de equivocarnos, y otras veces con cosas más complicadas, cosas que por la importancia que suponen para nosotros nos hacen dudar de si el camino que llevamos es o no el correcto. Creedme cuando os digo que si hay algo realmente difícil en esta vida es tomar una decisión, y todos, en mayor o menor medida, nos vemos envueltos en una duda razonable cada vez que tenemos que elegir, además es una acción que tenemos que realizar constantemente, incluso cuando no tenemos capacidad de razonar ya estamos realizando elecciones.

 Hay miles de circunstancias que nos podrían servir como ejemplo para explicar esto que acabo de decir, de hecho seguro que desde que habéis empezado a leer de qué va la entrada de hoy se os han venido a la cabeza circunstancias propias en las que os habéis visto obligados a elegir una cosa u otra y que en un momento de vuestras vidas han hecho que vuestro devenir tome unos derroteros u otros. La “gravedad” de las elecciones va aumentando a la vez que nos vamos haciendo mayores, cuando somos pequeños, y nos dan la oportunidad de elegir, las dudas pueden estar sobre qué gusto de helado preferimos, a qué nos gustaría jugar, o, una pregunta que a mí siempre me molestó que me hicieran, ¿ a quién quieres más a papá o mamá?. A medida que vamos madurando nos encontramos con otro tipo de decisiones más importantes, que en cierto modo también nos ayudan en nuestro proceso de maduración, cuyas consecuencias, en caso de cometer un error, sí que son  más graves.

En este punto me gustaría tratar una de las elecciones más difíciles a las que se enfrenta la gente hoy en día, y os voy a dar mi opinión, esta elección no es otra que la de la carrera a estudiar. Creo que esta es probablemente una de las decisiones más importantes que uno toma en su vida y también creo que es una de las decisiones en las que más se equivoca la gente. En mi opinión los chavales de hoy en día no están preparados ni psicológicamente ni a nivel de madurez para tomar una decisión tan importante, una decisión que marcará el resto de sus vidas. Y es que ese es otro de los problemas que yo veo que existen en la sociedad en la que estamos, la falta de madurez. No sé si alguno de los que leéis este blog, y rondáis la treintena como yo, recordáis como fue ese momento pero yo creo que antes éramos mucho más maduros a la hora de tomar ese tipo de decisiones. Hoy en día, por lo que yo veo y conozco, esa decisión no la toman los chavales, la suelen tomar los padres o, a veces, los jóvenes toman un camino u otro en base a elementos “externos” a la voluntad: reconocimiento y posición social, dinero que pueden ganar, etc… cuando, no sé si esto estaréis de acuerdo conmigo o no, para mí lo más importante, a la hora de tomar una decisión de ese calibre, es la vocación, es decir, uno tiene que querer lo que va a hacer porque si no nunca jamás conseguirá ser feliz con ello. Para mí lo más fundamental en la vida es querer lo que uno hace, porque al final uno siempre tiene la oportunidad de hacer lo que quiere.

Lo mismo que acabo de exponer para ese caso lo podríamos extrapolar a todas las elecciones que tenemos que tomar en nuestra vida, ya sean laborales, personales, amorosas, todas. El problema es que a veces ni nosotros mismos estamos seguros de lo que queremos, o peor aún, antes de dar un paso preferimos esperar a que otros lo den por nosotros. El exceso de cautela a la hora de decidir también es muy común, pero os diré una cosa la satisfacción de dar un paso y comprobar que has acertado es una de las sensaciones más agradables que una persona puede tener en la vida, arriesgarte y ganar.  También os digo otra cosa, para poder elegir uno tiene que gozar de una cualidad que es muy complicada de tener, la independencia. Por supuesto para mí ambas circunstancias van agarradas de la mano, aunque para mí prevalece la independencia, pues sin independencia no hay libertad para decidir.

Por último me gustaría que todos los que hayáis leído esta entrada hicieseis un ejercicio de elección, no es complicado es algo muy sencillito ya veréis. Me gustaría que todos los que queráis, eso ya es una elección querer o no querer, hicieseis un recorrido hacia atrás en vuestras vidas y recordarais aquellas decisiones importantes que habéis tomado en vuestro caminar, y que por unos instantes volvieseis a enumerar los motivos por los que tomasteis en aquel momento aquel camino, y ya puestos, como pensar y recordar son de las pocas cosas gratis que van quedando, cerrad los ojos y abrid vuestra imaginación y pensad qué sería de vuestra vida actualmente si la decisión hubiese sido otra. ¿Estáis donde queréis? ¿Queréis lo que hacéis?

Muchas gracias a todos los que seguís el blog, espero que perdonéis los errores que pueda tener y os invito a todos a que participéis de él, como me habréis leído en otras ocasiones “al qantara” enriquece más cuando funciona en los dos sentidos.

Un fuerte abrazo para todos y, hoy con más motivo, elegid SER FELICES.

Pd: Gracias a una cadena de favores, algún día hablaré de esto, hoy estoy un poquito más cerca de mi casa, ¡¡Gracias de corazón a todos los que habéis hecho posible que un pedacito de mi casa llegue hasta aquí!!