domingo, 11 de diciembre de 2011

Zid zid zid


Hace algunos días os hablaba del problema del tráfico en Tánger, la verdad es que es una de las cosas que más sorprende a la gente cuando viene aquí, es un problema serio como os comenté por la gran cantidad de vehículos que circulan y con esa manera tan peculiar de hacerlo. Hoy quiero hablaros de cuando los coches paran, del momento y lugares para aparcar, y, como no podía ser de otra manera, de los jefes de ese negocio los gorrillas marroquíes.
Con la cantidad de vehículos que circulan, aparcar es una odisea.
Imaginaros una ciudad con tantísimos coches como Tánger, os comenté que el parque automovilístico ronda los trescientos mil vehículos, el problema que tiene de aparcamiento, es muy difícil que todos los coches paren a la vez es cierto pero aunque sólo lo hagan unos cuantos la odisea que supone encontrar aparcamiento da lugar a algunas experiencias y anécdotas que a más de uno seguro que le sorprenderían.

Como digo el aparcamiento es complicado en esta ciudad pero hay un sistema, que han importado de otros países, y que han implantado de manera global en toda la ciudad, la “zona azul”. Y es que en Tánger hay que pagar por aparcar en casi todas sus calles, salvo raras excepciones hay que pagar una cantidad de dinero por dejar en coche aparcado en cualquier sitio y de cualquier manera. Es por ello que no es raro encontrarse las aceras llenas de coches y tener que ir caminando por el asfalto porque por la acera los coches han “reconquistado” el terreno, y como os podéis imaginar es un peligro andar con niños pequeños por la carretera pero no te queda otra opción para poder ir por según qué calles.

Es cierto que aquí también se explota el terreno de manera ejemplar y mientras en otros lugares los solares derruidos se utilizan para dejar escombros o tirar basuras aquí con una cuerda, un cartón que ponga “24H” y una silla de playa te montan un aparcamiento más rápido de lo que canta un gallo, y si me apuras te montan un toldo de esos con patas y con otro cartón que ponga “VIP” te han montado un reservado especial por si no quieres que tu vehículo pase calor, todo muy apañado ciertamente.
Con un toldo de estos te montan un aparcamiento "VIP"
Me gustaría hablaros ahora de los verdaderos protagonistas de la entrada de hoy los controladores de aparcamiento marroquíes, los gorrillas, y es que es una profesión a la se dedican en jornada completa un montón de hombres aquí en Tánger. Por lo menos en cada calle suele haber dos o tres controlando los aparcamientos, ayudando a la gente que busca un sitio donde dejar su vehículo y “dirigiendo” las maniobras de aparcamiento de los conductores, para ello utilizan una palabra que si alguno ha venido en coche por aquí o viene alguna vez y se encuentra con estos hombres la podrá distinguir perfectamente “zid zid zid ”, que significa sigue sigue sigue.
"Zid zid zid" la frase más utilizada por los controladores de aparcamiento.
Son verdaderos profesionales de su trabajo, es más la mayoría están reconocidos oficialmente por las instituciones marroquíes, y además de su inconfundible chaleco reflectante y su gorra todos llevan una placa identificativa con un número, vamos como si fuesen policías. Cada uno tiene un área donde controlar los aparcamientos y rara vez se pisan el terreno unos a otros, a pesar de que son “autónomos”, cada uno trabaja por libre, no se hacen la competencia ni aprovechan la más mínima para levantarse a los clientes. Como en todas las situaciones de la vida también hay gente que aprovecha la coyuntura para sacarse un dinerillo y ganarse la vida, también existen los aparcacoches piratas, gente que aprovecha la ocasión para pedirte algo de dinero por haberte dado algunas orientaciones sobre como aparcar el coche.

Los aparcacoches de la calle en la que nosotros vivimos tienen maceteros, conos y demás elementos para reservar las plazas de aparcamiento, para que ningún listo se les cuele en una plaza de aparcamiento y luego no les quiera pagar su tarifa. Además del servicio de aparcamiento de coche, también ofrecen el servicio de lavado y así no es raro encontrarte a estos hombres cargados con cubos y esponjas limpiando los vehículos mientras los dueños de los mismos están haciendo sus gestiones o sus compras por la zona.
En España por esto creo que quitan puntos, aquí es lo normal.
En cuanto al tema de las tarifas pues varían aunque existe una tarifa estándar que es la que se suele aplicar en todas las zonas. Salvo el caso de los “parkings” privados en los que la tarifa se gestiona directamente con el vigilante, en el tema de los aparcacoches callejeros la tarifa más o menos generalizada es de dos dírhams, unos veinte céntimos de euro, si uno quiere que además le limpien el coche es algo más, los extras se pagan claro.

Como digo esta es la realidad del aparcamiento aquí en Tánger un trabajo que da de comer a muchas familias y al que se dedican de manera profesional, o pirata, muchos hombres marroquíes, que aunque os parezca mentira suelen saber hablar en varios idiomas fruto de la cantidad de turistas que con sus vehículos se desplazan por esta ciudad.

Así pues no os asustéis si alguna vez venís en coche por aquí y después de salir del sitio donde teníais el coche aparcado sale corriendo detrás vuestra un hombre con chaleco reflectante exigiéndoos sus honorarios por la vigilancia de vuestro vehículo, y hacedme caso no se lo neguéis nunca pues las consecuencias pueden ser peores y más caras que los dos dírhams que os costará el aparcamiento.

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!

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