martes, 10 de enero de 2012

Rebajas

Si hay otra cosa típica de todos los primeros de enero son las imágenes con las que los telediarios nos ilustran las aperturas de puertas de los grandes almacenes el día que comienzan las rebajas, a veces cuando he visto esas imágenes he pensado que estaba viendo otra cadena, concretamente los documentales de La 2, pues la diferencia entre esas señoras de entre cuarenta y sesenta años corriendo como poseídas en busca de la ganga perfecta y  manada de leones hambrientos devorando a su presa es prácticamente imperceptible al ojo humano, o por lo menos a mis ojos.
Estos carteles deberían ser de obligada utilización en muchos centros comerciales

Ciertamente tengo la impresión de que esos momentos, en la lucha por la mejor ganga, es donde salen a la luz los instintos más básicos del ser humano, uno de los momentos en los que probablemente menos nos diferenciemos del resto de animales, y es que nunca hemos dejado de serlo, sólo que probablemente seamos el animal más domesticado.

Y es que parémonos un instante a analizar esa actitud de compra compulsiva, probablemente alguno me diga que responde a una necesidad pero yo no lo veo de esa manera y os voy a plantear mi punto de vista. Si realmente necesitásemos algo de lo que nos ofrecen en rebaja lo hubiésemos adquirido antes, es decir, si lo que voy a comprar es vital para mi subsistencia lo adquiriría justo en el momento en el que me surgiese la necesidad y no esperaría a que estuviese rebajado.

Es por esto que yo considero que las rebajas son una manipulación más de la voluntad del ser humano, nos van lanzando poco a poco el mensaje de que necesitamos comprar aquello que nos ofrecen, no porque los necesitemos si no porque está rebajado, los elementos superfluos que antes costaban un dinero ahora cuestan la mitad o menos y entonces dejan de parecernos tan superfluos, es más nos crean la necesidad de adquirir algo en estas fechas, sea lo que sea, con el único argumento de que nos lo venden a un precio más barato.
Una horita en las rebajas equivale a diez horas de gimnasia de mantenimiento.

Llegados a este punto a mí me surge otra pregunta, ¿si lo venden ahora a este precio y sacan beneficio por qué durante el resto del año lo tenemos que pagar más caro? Porque claro ahora nos venden las cosas que se suponen que ya son de temporadas pasadas y que hay que sacar de alguna manera de los almacenes, pero es que a nadie se le ha ocurrido que manteniendo unos precios más bajos durante todo el año venderían más, lo que pasa es que yo creo que no interesa, existe una política comercial basada en la creación de necesidades.

Desde mi perspectiva y analizando un poco con calma la situación me doy cuenta de que todos los meses hay un evento que fomenta el consumo de productos innecesarios, a saber: en enero las rebajas, en febrero san Valentín, en marzo el día del padre, en abril la llegada de la primavera, en mayo el día de la madre y las primeras comuniones, en junio los premios por las buenas notas, en julio cambio de temporada, en agosto las rebajas de verano, en septiembre la vuelta al cole, en octubre ya es otoño en el Corte Inglés, en noviembre empieza el bombardeo navideño y, por último, en diciembre, el mes del gasto por excelencia, la Navidad.
Creo que el cartel habla por sí sólo.

No sé si habrá muchos bolsillos que lo resistan pero estoy convencido de que algunos, más de los que me puedo imaginar, comprarán algo para todos y cada uno de los eventos que os acabo de relatar, ¿por necesidad? lo dudo bastante, más bien porque es lo que toca, porque nos han inyectado de manera artificial esa necesidad de consumir para ser felices, o al menos para no parecer bichos raros.

Aquí en Marruecos, desconozco si hay rebajas o no, bueno puedo aseguraros casi a un 99’9% de certeza que no, aquí todo es más del día a día, la gente no suele comprar para acaparar, no compran nada que les resulte superfluo, por varios motivos, entre los que me gustaría destacar dos: la falta de dinero, no todo el mundo puede permitirse gastarse una cantidad de dinero importante en ropa, y la falta de espacio, como os comenté en alguna entrada anterior las casas suelen ser bastante pequeñas y no hay posibilidad de almacenar muchas pertenencias. Como os comento aquí la gente va más al día, si un día necesitan unos zapatos van los compran y se deshacen de los antiguos, normalmente o van a la basura o pueden llegar a revenderlos. La verdad, todo sea dicho, es que aquí los precios de los bienes más necesarios son bastante competitivos, bueno están bastante bien ajustados al poder adquisitivo de la mayoría de la población.
Peleas en la rebajas, todo un clásico de estas fechas
Dicho todo esto también os comento que yo he ido a las rebajas, yo también he sido uno más dentro de toda esta vorágine de consumo compulsivo, pero no por ello me ha dejado de sorprender algunas actitudes, como dije al principio, más próximas a comportamientos propios de animales salvajes que de seres humanos. A veces en las rebajas lo más rebajado de todo es el sentido común y el respeto, la falta de cordura puede llegar a jugar malas pasadas y terminar dos personas enzarzadas por la adquisición de un pantalón, de la misma manera que lo harían dos buitres por el último pedazo de carne de un cadáver.
Ejercicio de agudeza visual. buscar las 7 diferencias con la fotografía anterior.

No permitáis que el instinto animal se apodere por completo de vuestro ser, recordad que en algún momento de la evolución humana adquirimos el raciocinio para entre otras cosas diferenciarnos del resto de animales y “dominar” el planeta, y que con actitudes como las comentadas lo que hacemos es dar pasos hacia atrás, vamos volviendo poco a poco a la caverna.

Un abrazo muy fuerte para todos, ya falta un peldaño menos en la cuesta, y ¡¡SED FELICES!!

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