miércoles, 25 de enero de 2012

Sigue con nosotros


A pesar de que no nos conociésemos personalmente, y probablemente ni siquiera supieras quien soy, quiero dedicarte la entrada de hoy a  tí, porque aunque no lo sepas tú también has estado presente en esta experiencia, he preguntado por tí a la gente que sabía de tu estado de salud, he sufrido desde la distancia el último tramo de tu enfermedad, y me he sentido gracias a tu ejemplo, a tu manera de afrontar la enfermedad, más próximo que nunca al Padre, a pesar de la distancia y el desconocimiento te he sentido como un hermano más, y al fin y al cabo lo somos dentro de esta gran familia que son los claretianos.

Sabía que tarde o temprano terminaría leyendo la fatal noticia, la que hoy me ha dejado frío cuando la he leído pero no por ello dejaba de creer que tal vez podría llegar a producirse el milagro, que tal vez en los momentos más difíciles el Padre te haría pasar de “este cáliz”, pero no ha sido así, tal vez por ello tu manera de vivir estos últimos meses dejará una huella en todos aquellos que han vivido contigo, y en los que en mayor o menor medida desde la distancia hemos ido siguiendo este proceso. Espero que tu ejemplo de vida entregada sea un espejo en el que mirarse para todos aquellos que, como tú hiciste, decidan entregar su vida al servicio de Dios, a la tarea de la construcción del Reino.

Te has ido esta mañana, curiosamente o no el día después de tu onomástica, pero estoy convencido de que sigues con nosotros, mientras todos sigamos recordando tu manera de vivir el evangelio, mientras sigamos teniendo presente tu testimonio del amor de Dios, seguirás estando muy presente y muy vivo entre nosotros. Allá donde estés, espero que un lugar privilegiado en el cielo como no puede ser de otra manera para la gente que como tú ha entregado hasta su último esfuerzo para cumplir con la voluntad del Padre, te pido que tú tampoco te olvides de nosotros, de los que te hemos seguido y hemos vivido desde la distancia el trance último de tu enfermedad, sigue siendo para todos nosotros un referente de vida cristiana, un modelo a seguir para todos aquellos que estamos dispuestos a poner a Dios en el centro de nuestras vidas.

Te doy las gracias desde aquí, desde este humilde rincón, desde esta experiencia de Dios que estoy viviendo, por haber estado luchando hasta el final, por no haberte dejado derrotar cuando todo se puso cuesta arriba, por haber sido un “joven cristiano que en su modo de pensar, hablar y actuar ha ofrecido pinceladas de la alegría aprendida de Dios”, que tu ejemplo sirva de referencia para muchos que a día de hoy tienen descuidada su relación con Dios, que tu manera de afrontar el final de tu enfermedad sea una referencia para todos aquellos que duden del amor de Dios.

Con la esperanza de que desde allí desde donde estés sigas siempre estando con nosotros, avivando el fuego del Espíritu, haciéndonos cada vez más cercanos al amor de Dios, descansa en paz.

Un fuerte abrazo para todos y, creyendo en la esperanza de la Resurrección, ¡¡SED FELICES!!


PD: En el día de hoy y tras más de un año y medio de lucha contra la enfermedad ha fallecido Ildefonso Luis García, cmf. Con sólo veinticinco años este joven tinerfeño ha sido para toda la familia claretiana un ejemplo de fuerza y de fe, de abrazar hasta las últimas consecuencias la voluntad de Dios.

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